Guías turísticos y agencias critican el intrusismo y avisan del «daño a la imagen de Cantabria»
Los profesionales aseguran que los «ilegales» están proliferando, que «ofrecen un servicio muy poco serio» y que «pueden llegar a dejar tirado al cliente»
Cantabria está de moda. El turismo llega en masa huyendo de las olas de calor y las aglomeraciones del centro, levante y sur peninsular, y ... en este contexto de nuevas vacas gordas, proliferan los intrusos del sector. «Hay asociaciones, particulares, agencias de free tour, influencers, blogueros, jubilados... Puedes hacer una lista interminable de perfiles que ahora, de repente, se están convirtiendo en agencias de viajes o en guías turísticos», asegura Fidel Gómez, vicepresidente de la Asociación de Agencias de Viaje Receptivas de Cantabria y el Norte de España. Coinciden los expertos con experiencia en este negocio que «hacen un daño tremendo a la profesión», pero también a «la imagen Cantabria», porque de ellos depende, en buena medida, la sensación que la región deja en los visitantes.
«No tiene sentido que se esté invirtiendo tantísimo en la imagen y en la publicidad del turismo regional en todos los medios y que luego se descuide lo fundamental y se vaya todo al traste», denuncia Nuria Salesa, presidenta de la Asociación de Guías Turísticos de Cantabria. «He asistido a tours por Santander en que se reducía la ciudad al Centro Botín, el palacio de La Magdalena y los chascarrillos políticos», lamenta.
Ella lleva solicitando «más seriedad en la regulación del sector desde hace años». Parte de sus demandas surtieron efecto este mes, cuando la Consejería de Turismo finalmente convocó el examen para acreditar a nuevos guías según lo que obliga la regulación de la profesión en el Decreto 32/1997, de 25 de abril. Porque todos los profesionales que quieran desempeñar la profesión en la comunidad deben contar con dicho carné;aunque tiene trampa.
La «necesaria acreditación» de los que vienen de fuera
Lo mismo que sucede con la sanidad o la educación, las comunidades tienen trasferida la competencia para gestionar el sector turístico. Pero existe una normativa europea, la conocida como Directiva Bolkestein, que favorece la libertad de establecimiento y la libre circulación de servicios entre los Estados. «Gracias a ello se supone que un guía de cualquier país debería tener fácil el desempeño de su trabajo en España o en Cantabria pero para esta profesión no tiene mucho sentido porque lo que se supone que debe de primar es el conocimiento del lugar para poder contarlo bien», argumenta Daniel Escudero. Otro punto importante es gestionar de igual manera el tránsito de profesionales en el territorio nacional. «Necesitamos que se regule ya qué se puede pedir a un guía, pongamos que de Burgos, para que pueda ejercer en Cantabria. Porque lo que parece claro es que igual que los que se han acreditado aquí tienen que pasar un examen, el que viene de fuera debería acreditar esas competencias», explica Nuria Salesa.
Todo el que quiera acreditarse como guía turístico debe contar con una titulación universitaria acorde con la actividad que se va a desempeñar, luego hay que realizar una prueba teórica de cien preguntas y una exposición oral. «Cualquiera que quiera dedicarse a esto y tenga conocimiento de idiomas, sobre todo de francés, tiene el trabajo asegurado», garantiza Salesa, porque la mayor parte de los grupos que llegan a la región son del país galo. «El problema es que el Gobierno no ha puesto ese requisito en la prueba. De hecho, con el español basta».
El intrusismo en este punto llega, principalmente, de la mano de los 'free tours' «que no son considerados profesionales porque en realidad no cobran, sino que sobreviven de los 'donativos' de los turistas». «Hasta que no se tenga una solución para esto, estaremos en las mismas», lamenta Salesa. El resultado, un servicio cuya calidad no está garantizada y un descenso de precios que hace inviable el desarrollo de la profesión por parte de los profesionales acreditados.
«He asistido a tours por Santander en que se reducía la ciudad al Centro Botín, La Magdalena y los chascarrillos políticos»
Nuria Salesa
Aso. Guías Turísticos
«El daño al patrimonio puede ser tremendo, porque una explicación mal dada es como un graffiti en un monumento»
Fidel Gómez
Aso. Agencias de Viaje Receptivas
«Pocos se fijan con quién contratan el viaje hasta que hay un accidente o una complicación y no tienen a quien pedir cuentas»
Daniel Escudero
Aso. Informadores Turísticos
La indignación es máxima también desde la otra asociación que aglutina a estos profesionales guías:«El daño al patrimonio con un mal desempeño de la labor puede ser tremendo, porque una explicación mal dada es lo más parecido a hacer un graffiti en un monumento, lo que pasa es que aún nos cuesta verlo», valora Daniel Escudero, presidente de la Asociación Profesional de Informadores Turísticos (Apit).
El otro frente de esta batalla se libra desde las agencias de viajes. «A nosotros nos piden unas condiciones, como por ejemplo contar con un aval de un mínimo de 60.000 euros y un máximo de 180.000;que los demás no cumplen», protesta Gómez. «El problema de todo esto es que pocos se fijan con quién contrata el viaje hasta que hay un accidente o una complicación y no tienen a quien pedir cuentas», advierte. El representante de la Asociación de Agencias de Viaje Receptivas dice estar «harto» de ver cómo todo tipo de personas y colectivos se dedican a organizar viajes como si fueran agencias, «haciendo un daño tremendo a los auténticos profesionales y sobre todo dando servicios con ninguna garantía y sin la profesionalidad debida».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.