«Hay más osos de los 370 que refleja el último censo», afirma la Fundación Oso Pardo
El ejemplar que fue visto el lunes en Reinosa regresa «a su hábitat», asegura el Gobierno regional que sigue con el dispositivo de vigilancia
El oso que el lunes recorrió en Reinosa el polígono industrial de La Vega y trató de colarse en varias factorías ya se encuentra en ... su hábitat natural, según ha confirmado el Gobierno regional. El ejemplar, de tres años de edad y 150 kilogramos de peso, ha regresado la zona sur del pantano del Ebro. Fuentes del Ejecutivo consultadas por Europa Press así lo aseguran. Además, para velar por su bienestar, agentes del Medio Natural están «vigilantes» para comprobar que su retorno a la naturaleza se produce sin ningún sobresalto. El paseo del plantígrado por la capital campurriana –también deambuló por la calle Burgos, que conduce a la localidad de Requejo (Campoo de Enmedio)– evidencia la paulatina recuperación de la especie, al menos, si se atiende al elevado número de avistamientos que se han registrado durante los últimos años en varios puntos de la región.
Avistamientos urbanos
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Septiembre de 2024. Crece la preocupación por los osos en Liébana. Avistados ejemplares en Frama, Cabariezo, Pesaguero, Tudes, Cucayo.
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Julio de 2024. Las continuas incursiones del oso encienden las alarmas en la Hermandad de Campoo de Suso.
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Septiembre de 2023. Un oso joven se pasea por varias localidades de Campoo de Suso.
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Noviembre de 2022. Un ganadero lebaniego escapa de un oso, que estaba comiéndose una de sus cabras, subiéndose a un árbol en la localidad de Yebas (Cabezón de Liébana).
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Junio de 2022. Un oso se pasea por Caloca. El animal recorrió las calles del pueblo, husmeó en la terraza del mesón El Laurel y desapareció en la noche sin provocar ningún incidente.
Según las cifras oficiales, las del último censo poblacional de la especie de 2020, que se hicieron públicas el año pasado, en toda la Cordillera Cantábrica vivían 370 ejemplares. Así lo reflejaba el estudio realizado en Cantabria, Asturias y Castilla y León en colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro Superior de Investigaciones Científicas. Aunque los osos no distinguen de límites entre comunidades autónomas, el citado informe especificaba que no menos de 32 ejemplares permanecían de manera permanente en suelo cántabro, el 8% de la población total. «Sí, pero este dato hay que manejarlo ya como una cifra mínima. Ahora hay más osos», explica Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo.
El citado registro se actualiza cada cinco años, aunque en esta ocasión habrá que esperar a 2026 para conocer los nuevos datos. «Las que sí están actualizadas son las áreas de distribución. Aunque entendemos que es una población única, en Cantabria hay zonas donde su presencia es permanente durante todo el año», relata el portavoz de la organización conservacionista. «Hablo de Liébana, las cabeceras altas de la zona del Saja y la comarca de Campoo al completo. Además, hay ejemplares con movilidad con presencia más o menos estable en algunos puntos de Valderredible», subraya.
Sus sensaciones son positivas, pues el número de osos en Cantabria se ha multiplicado por tres en las últimas dos últimas décadas. «Ha habido una buena reproducción, que además ha ayudado considerablemente a mejorar la variabilidad genética de la especie, que era muy baja», añade.
¿Muchos o pocos?
La pregunta que surge, especialmente tras los últimos casos de avistamientos, es si los más de 370 ejemplares que dibujará el próximo censo poblacional son muchos o pocos. «Más que la capacidad de carga que tiene el medio natural, nosotros creemos que hay que estar atentos a la capacidad de carga socioeconómica, no a la ecológica», afirma Palomero. «Me explico. Sería bueno saber hasta qué punto podemos tener osos sin que generen problemas que no podamos gestionar. Por suerte, hasta ahora podemos gestionarlos», subraya.
«El oso pardo ha pasado de estar en peligro crítico a estar en peligro y camina hacia la segunda categoría de especie amenazada, según la legislación, que es la de vulnerable, pero sigue estando considerado como especie en peligro de extinción», concluye.
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