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Una calle a oscuras en Ronda durante el apagón Jon Nazca/Reuters
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Apagón para el bolsillo

unque es posible que en la próxima factura no notemos los efectos del 'cero energético', tenemos que asumir que los precios serán más altos

Viernes, 9 de mayo 2025, 10:01

Este texto corresponde a la newsletter 'Ajuste de cuentas' donde hablamos de dinero sin tapujos, abordando pequeños hábitos del presente que nos ayudarán a hacer más fuerte, financieramente hablando, a nuestro 'yo futuro'.

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Si alguien piensa que el apagón que el pasado lunes 28 de abril dejó a toda España y a Portugal sin electricidad no se va a notar en el bolsillo de los consumidores, nada más lejos de la realidad. Tal vez el impacto no lo veamos en la próxima factura de la luz. Pero no lo duden. A medio plazo, el coste por encender un interruptor o poner la lavadora subirá de manera innegable, ante la previsión de que, tras el caos vivido en el mercado, Red Eléctrica comience a operar la red de manera más conservadora. ¿Y eso qué significa? Pues que meterá más gas y nuclear -o, al menos, mantendrá en alerta a sus centrales- para conformar el mix energético con el objetivo de garantizar una mayor seguridad.

Es una tendencia que ya se está dejando notar. La realidad es que las energías de 'color verde' siguen siendo las que tienen mayor peso sobre el conjunto de la electricidad que se produce en España, superando algunos días porcentajes del 70% sobre el total. Pero desde el apagón sí se ha observado una mayor diversificación, con más presencia de los denominados ciclos combinados (aquellos que queman gas para producir).

Antes del apagón, el mix eléctrico se dividía entre un 65,2% de renovables y un 34,8% de no renovables. Ahora ese peso ha variado al 62,1% en energía verde frente al 37,9% de la que no lo es. Una diferencia de entorno a tres puntos porcentuales que, aunque parezca mínima, indica que las centrales de gas -las que actualmente producen la energía más cara- han recibido la alerta: deben estar disponibles por lo que pueda pasar.

Su intervención en el mercado, sumado a las necesarias inversiones para estabilizar la red, es lo que encarecerá la factura en los meses venideros. Y es que cuantos más ciclos de esta energía se necesite para conformar la estructura de generación, mayor presión al alza para los precios.

El propio Gobierno ha asumido ya que el refuerzo del sistema generará estas alzas para los consumidores, que tendrán que revisar su recibo cada mes para comprobar el impacto total. Pero, ¿dónde comprobarlo en la factura? ¿Habrá un apartado específico? Por supuesto que no. Pero sí nos podemos hacer una idea si comprobamos el coste que se engloba en el apartado de 'energía' y que viene detallado en la factura, excluyendo así los de 'cargos normativos', 'servicios y otros conceptos' y el 'IVA'.

Ese precio de la energía se calcula multiplicando los kilovatios hora (kWh) consumidos por el precio por kWh de la tarifa contratada. Y a través de este enlace también se puede comprobar la evolución de dos de los componentes de ese coste final de la energía: los servicios de ajuste y los pagos por capacidad, que son los conceptos que incrementan el precio diario y que sirven para pagar a esas centrales para que estén disponibles en materia de seguridad.

La evolución de estos dos componentes ha registrado fuertes picos diarios en las últimas jornadas, coincidiendo con las horas más cercanas a la noche. Así que, de momento, mejor no poner la lavadora a partir de las 20.00h. El precio de la energía se ha movido en torno a una media de 20 euros por megavatio hora, una cifra moderada si se compara con otros periodos, con muchas renovables todavía activadas. Pero los futuros apuntan a que ese coste se doblará próximamente. La clave está en si estamos dispuestos a asumir ese difícil equilibrio para ganar seguridad, aunque sea a costa de una factura un poco más cara.

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