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Imágenes de las barricadas en Guarnizo y Santander en la segunda jornada de la huelga del metal. Juanjo Santamaría

La huelga del metal se volverá indefinida si patronal y sindicatos no cierran este viernes un pacto

El segundo día de paro vivido este jueves se saldó con nuevas barricadas, atascos de tráfico y un detenido en Santander

Héctor Ruiz

Santander

Jueves, 5 de junio 2025

Los principales polígonos de Cantabria se han convertido dos días de esta semana en campos de batalla de la huelga del metal. El primero fue el martes y el segundo, este jueves. Barricadas con quema de ruedas y contenedores junto a piquetes en las entradas de las empresas del sector han causado problemas de circulación y ciertos momentos de tensión en ambas jornadas. Una escena que a partir del próximo lunes podría pasar a mayores y adquirir carácter indefinido. Eso, si patronal (Pymetal) y sindicatos (CC OO, UGT y USO) no llegan a un entendimiento en su cita en el Orecla de este viernes y fraguan un acuerdo para que resuelva el convenio de la discordia. El punto de partida no parece proclive teniendo en cuenta que ambas partes recriminan a la otra su falta de voluntad negociadora. Una carencia de sintonía que se produce aún con el fantasma de la última y extenuante huelga del metal presente, que llevó al límite al sector hace tan sólo tres años al superar los veinte días de paro.

La jornada de manifestación de los trabajadores de este jueves repitió el esquema de la del martes. También arrancó temprano, para las seis y media de la mañana ya había prendidas varias barricadas repartidas por los polígonos de la región así como piquetes informativos en los accesos de las principales empresas. En esta segunda vuelta las protestas fueron menos prolongadas —sobre las doce del mediodía ya estaban disueltos la mayoría de focos—, pero sin embargo en determinados momentos tuvo más alcance. Sobre todo en Santander se notaron aún más sus efectos debido a un piquete surgido en el polígono de Candina, que en la primera jornada no tuvo lugar y que provocó retenciones tanto en la rotonda de La Marga como en la de Valdecilla Sur, dificultando la salida de la ciudad por la S-10.

Ahí hubo momentos de tensión que acabaron desembocando en la detención de un hombre que se enfrentó a la Policía Nacional, y que fue puesto en libertad horas depsues tras prestar declaración. No obstante, Delegación de Gobierno de Cantabria ha insistido en que este altercado ha sido «un hecho aislado» dado que el resto de huelguistas mantuvieron «un comportamiento pacífico». De hecho, desde la Policía Nacional informan que el piquete se fue disolviendo «de forma tranquila» y no hubo que cargar contra los manifestantes en el transcurso de la protesta. Poco antes de las once ya no quedaba ni rastro de la barricada porque incluso acudieron los servicios de limpieza para retirar sus restos y limpiar el pavimento quemado.

Piquete en el polígono de Guarnizo.

También para esa hora se había restablecido la normalidad en Nueva Montaña. Ahí en las primeras horas de la mañana se repitieron los problemas de movilidad del tráfico que hubo el martes debido al piquete que se volvió a formar en el acceso de la Global Steel Wire (GSW) y que ralentizó la entrada de vehículos al complejo industrial. Similar dinámica hubo en Torrelavega, en las cercanías de Solvay con un foco que en su caso también se disolvió antes de las once.

Más fuegos

No obstante, el piquete de Guarnizo se convirtió en el principal escenario de las protestas una vez más. Pese a las peticiones que el día anterior remitió nuevamente la Asociación de Empresas y Profesionales del Polígono de Guarnizo y Morero a la Delegación de Gobierno de Cantabria para que además de respetarse el derecho a la huelga se asegurase también el de libre circulación. Una reclamación que se unió a la de la Unión de Ganaderos y Agricultores Montañeses (UGAM-COAG) que reivindicaba lo mismo ante la necesidad de poder acceder al matadero y que no impidió que hubiera problemas de tránsito. De hecho, se vivieron algunos momentos puntuales de tensión entre los manifestantes y las personas que no podían circular y el de Guarnizo fue uno de los focos que más tardó en apagarse este jueves.

De hecho, las peticiones a la administración no sólo no evitaron fuegos, sino que no impidieron que se enciendan en otros puntos. Igualmente, pasó desde bien temprano en otros recintos industriales de la región como el de Reocín, que también arrancó el día con una barricada en llamas, y lo mismo ocurrió en el de Trascueto (Camargo). De esta forma, los Bomberos de Santander informaron de que tuvieron que realizar hasta ocho intervenciones en distintos polígonos industriales de la región para sofocar «pequeños incendios de mobiliario urbano».

Los sindicatos estimaron nuevamente un seguimiento de la convocatoria del 95% en la segunda jornada. Mientras que Pymetal mantuvo su postura al insistir en la «escasa» incidencia que está teniendo, en su opinión, la huelga. «No es aceptable de ningún modo que apenas 300 personas, repartidas en los polígonos impidan el acceso y el desarrollo de una actividad normal, no sólo a trabajadores del metal sino de otros sectores, con acciones vandálicas y desórdenes públicos que deben ser controlados y evitados». A eso reduce el número de manifestantes la patronal, a «300» en una huelga a la que están llamados 22.000 trabajadores. Una visión muy opuesta a la que ofrece la representación de los trabajadores y que refleja los puntos de vista opuestos con los que enfrentan ambas partes su negociación este viernes.

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