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Un adolescente se pone en el medio, entre dos coches, da el pistoletazo de salida con un aspaviento de brazos y los vehículos salen runfando en línea recta y a toda velocidad por un carril de doble dirección en el polígono de Raos. A ambos lados, en los márgenes de la carretera, centenares de jóvenes, muchos de ellos menores de edad, jalean a los conductores y graban vídeos para sus redes sociales.
La imágenes parecen sacadas de una película de Vin Diesel, pero lamentablemente se grabaron el pasado fin de semana en Santander. «Y así cada dos por tres», se queja un vecino de la zona, que advierte del peligro que supone estas carreras ilegales para los conductores y para los 'espectadores' que acuden a ellas.
Las convocatorias se hacen a través de las redes sociales. La quedada del pasado viernes, 2 de mayo, se promocionó como 'evento deportivo' en un perfil (ya eliminado de internet) llamado 'kdds_zonanorte'. La hora de la cita, las diez de la noche, y la ubicación, frente al gastro bar Ancora, en la calle Marcos Ruiloba Palazuelos del polígono de Raos.
La carretera, de doble sentido, aún tiene marcas en el suelo de los derrapes, frenazos, quemadas de ruedas y trompos de las motos y coches que participaron en las carreras del pasado fin de semana. De lo que no queda ni rastro es del botellón, que también hubo. «Había cientos de vidrios, plásticos y demás basura, pero el servicio de limpieza municipal a las doce del mediodía del sábado ya lo tenía todo recogido», comenta el propietario de un negocio de la zona, que prefiere no relevar su nombre ni el de su empresa. Lo que sí quiere dejar patente es la preocupación que hay entre los trabajadores de la calle Marcos Ruiloba Palazuelos. «Y no me refiero a la basura del botellón que puede acabar en el mar, sino a que alguno acabará matándose. Es cuestión de tiempo», señala a este periódico.
De la misma opinión es un vecino de Raos que también prefiere ocultar su identidad. «No se trata de una chiquillada», señala. «Como se ve en los vídeos corren en paralelo en un vial de doble dirección, por lo que uno de los coches va en sentido contrario. Hay mucha gente viéndolo, grabando y animando. Y no es algo puntual, estas carreras son muy frecuentes».
Cabe destacar que, en algunas de esas imágenes grabadas el pasado viernes, entre el público se aprecia la presencia de niños acompañados de adultos y adolescentes.
Estos peligrosos circuitos son itinerantes, así se evitan ser sancionados. Unas veces se llevan a cabo en Raos, otras en el polígono de Bahía Real, en Guarnizo... El pasado enero salió a la luz otro vídeo en el que se veía a dos coches de alta gama haciendo trompos y quemando ruedas en el Polígono Empresarial del Besaya, ubicado en Reocín. Alrededor, a pocos centímetros y sin ninguna valla de protección, había cientos de jóvenes vitoreando al habilidoso conductor. En aquella ocasión, la Guardia Civil pudo identificar y denunciar a algunos de los infractores gracias a los reels compartidos en redes sociales.
Sin embargo, el pasado viernes cuando la Benemérita se personó en la zona tras recibir un aviso ya no había nadie. Aunque la competencia en esa calle es de la Policía Local, al día siguiente la Guardia Civil vigiló la calle, «pero no hubo nuevas concentraciones ni carreras», explican fuentes del Cuerpo.
Para no dejar rastro, salvo el que queda en el asfalto días después, algunos de los vehículos participantes en la peligrosa actividad aparecen sin matrícula. Otros, ni tan siquiera tienen parachoques. Y los más tuning acuden sin tapacubos, pero con lunas tintadas, llamativos alerones y tubos de escape en el capó...
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