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Un día después de la segunda huelga de docentes de la legislatura, con dos días de paro y una manifestación de 5.000 personas en ... Santander, el consejero de Educación continuó con su agenda habitual, pero sin esquivar el conflicto que mantiene con los sindicatos. De hecho, Sergio Silva presentó ayer el primer estudio de satisfacción laboral y de convivencia en los centros públicos no universitarios de Cantabria. Y las conclusiones del estudio no sentaron bien a la Junta de Personal Docente. Según el informe, «el 65% de los docentes de Cantabria están satisfechos con su salario». La Consejería tomó como base las respuestas de 5.336 trabajadores de la educación pública, en concreto 5.011 docentes, durante el curso 2024-2025. Es decir, más de la mitad del profesorado de la comunidad.
Sergio Silva
Consejero de Educación
Federico de los Ríos
Miembro de la Junta de Personal Docente por ANPE
Los sindicatos, que conocieron por la prensa el estudio, lamentaron la «torpeza» –indicó Federico de los Ríos, de ANPE– del consejero. A su juicio, «nos ha sorprendido que salga al día siguiente de la segunda huelga histórica de educación, que culminó con 5.500 docentes manifestándose, a manipular estos datos». Para el representante docente, Silva «niega una realidad» y trata de maquillar «preguntas genéricas». De hecho, cree que «un profesor puede estar satisfecho con su salario y a su vez reclamar su adecuación conforme al IPC». En la misma línea, desde STEC, Diegu San Gabriel planteó que «¿por qué no preguntan por el grado de satisfacción de los políticos que tenemos? Hay un sesgo en el planteamiento». «Los docentes dejamos claro en la huelga que hay muchas cuestiones que mejorar además del salario». Como la burocracia. Ambos sindicatos coincidieron en que «ya presentamos la posibilidad de rebajar la burocracia para poder dedicarnos a lo que nos apasiona; dar clase. Aún estamos esperando a que atienda o estudie esta petición».
La presentación de la estadística fue a primera hora. Y la valoración del consejero sobre las jornadas de paro no se hicieron esperar. Las hizo «con más perspectiva, después de la manifestación». Silva, ante todo, mostró su «respeto a quién se ha querido manifestar o ejercer el derecho de huelga». Lo valoró sin matizar la diferencia de casi veinte puntos entre las cifras que arrojó la Junta de Personal Docente y Educación. «Nuestros datos de participación los vuelcan los centros. Y no hay más datos oficiales que estos, quiero recordarlo porque parece que se mide a través de una especie de competición de cifras, –concluyó– no participo de esta discusión».
Que tendrá en cuenta la reivindicación de quienes participaron de la huelga y de la manifestación, «al igual que en la del pasado 3 de abril», es algo que no comparten los sindicatos. Aseguraron que «la negociación no avanzó entonces». Tampoco hubo concreción a la consulta de si va a haber una nueva convocatoria de mesa de diálogo. Silva explicó que «no nos hemos apartado del diálogo, pero no hay una nueva fecha para negociar». «Estar abiertos a la negociación, no significa que estemos permanentemente negociado», dijo.
Una perspectiva del conflicto que no comparten los sindicatos docentes. De los Ríos denunció que «si el consejero quisiera negociar, frente a la propuesta de 240 euros más, plantearía una contraoferta. O, por lo menos, se movería con respecto a las horas de los sexenios». Consideran que la negociación con Silva está agotada. Incluso, escalaron el conflicto a la presidenta Buruaga, con quien solicitaron una reunión: «Que al menos nos dé una respuesta, que no se levante de la mesa y ya». Ahora, aseveraron, «el siguiente movimiento debe ser de la administración».
Por su parte, Silva reiteró el «esfuerzo mayúsculo» que supone la última propuesta de 150,23 euros más al mes en 2028, que implica «ingeniería presupuestaria». Asimismo, sobre los sexenios, el consejero manifestó que «hicimos una rebaja notable, de 50 horas». A pesar de ello, es firme en apuesta por «más formación para los docentes, creemos que es consustancial a su tarea».
Los sindicatos fueron contundentes. «Ya recibimos más tareas de la que nos corresponde». Los docentes «estamos cansados».
Lejos del descontento que mostraron los docentes durante la huelga, el clima laboral en los centros educativos de Cantabria aprueba y con nota. El 77% de los trabajadores de los centros públicos, según el estudio de satisfacción y convivencia de la Dirección General de Personal Docente, está satisfecho en general con su entorno laboral. Creen que tienen un clima «estable, funcional y equilibrado» y arrojan un grado de satisfacción global.
El estudio, además del grado de satisfacción salarial, aborda la convivencia en los centros educativos. Y lo hace midiendo cuestiones como la libertad para elegir métodos de trabajo, las condiciones físicas de los docentes, las relaciones con compañeros de trabajo, con los superiores inmediatos, el modo de gestión de los centros, el horario o la estabilidad en el empleo.
Más allá de lo general, en términos subjetivos, es decir, desde la situación de cada docente, el mismo dato se sitúa en un 76%. Por último, en el ámbito extrínseco, de los factores externos a los centros relacionados con las condiciones generales (las direcciones generales del Gobierno, la comunicación entre órganos, las responsabilidades asignadas a los docentes...), asciende al 78%.
Datos que distan de las reivindicaciones que plantearon las organizaciones sindicales docentes en el paro, que mostraban su descontento «más allá de lo económico» con las ratios por aula, la clausura de centros públicos, el impulso a la educación concertada y la imagen pública que se ofrece de los docentes, entre otros asuntos.
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