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Lo vivido esta semana en Cantabria con motivo del Rallye Festival Hoznayo es la envidia de otras regiones españolas. Es un privilegio poder disfrutar de ... un evento de estas características sin tener que viajar a otros países. Hasta el propio Ari Vatanen, la estrella que ha brillado con luz propia en esta edición, lo ha señalado en Hoznayo. «No hay muchas pruebas como esta, incluso a nivel mundial». Dicho por él, queda claro que el prestigio que ha sabido ganarse este evento es reconocido mundialmente y está entre las pruebas de referencia.
Un evento peculiar y con personalidad propia en el que se puede ver rodando por las carreteras cántabras a vehículos que han escrito muchas páginas del Motorsport mundial. Vehículos perfectamente mantenidos de marcas como Audi, Porsche, Peugeot, Opel, Lancia, BMW o Renault, por nombrar alguna de las marcas que han permitido a los aficionados ver de cerca modelos muy diferentes entre ellos. Por ejemplo, en el parque de asistencia se podía ver al vehículo más antiguo de esta edición, un Seat 600, y a pocos metros un Audi Quattro S1, 'la bestia' de los Grupo B en los años 80. Una variedad que hacía que entre los aficionados no fuese difícil escuchar aquello de 'no sé con cuál quedarme'.
Ademas de disfrutar de estos coches, también muchos de los pilotos o copilotos participantes tienen escrito su nombre en la historia de los rallies. Algunos actuales y otros que pasan más desapercibidos, aunque no por ello menos importantes. Por ejemplo, se pudo ver a Antonio Rius, piloto que participó con el equipo oficial Seat y que al volante de los famosos 124 mostró su rapidez en muchas carreras. Más reciente, volver a ver al cántabro Eloy Entrecanales al volante de su Porsche, 15 años después, también es de agradecer. Otro lujo que se ha podido disfrutar este año es ver a nuestro piloto mundialista cántabro, Dani Sordo, al volante de un Hyundai WRC. Junto con Vatanen, es quien más fotografías se ha hecho durante todo el fin de semana con los aficionados. Un lujo que quizás por ser cántabro no se le da la importancia que realmente tiene al estar acostumbrados a verle más de continuo, pero aficionados de otras regiones le han perseguido para fotografiarse con él durante todo el fin de semana.
Varias generaciones
Una de las esencias del Rallye Festival es el ver a varias generaciones juntas, tanto de aficionados como de participantes. Un dato de esta edición es que la copiloto más veterana, Yvonne Mehta (88 años), copiloto de rallies con gran historia en el Mundial de los 70 y 80, ha participado junto al piloto neozelandés Robert Whitehouse en un Lancia Delta Integrale, mientras que la copiloto más joven ha sido la cántabra Noa Castillo (16) que participó junto a su padre, Juan, en un Skoda Fabia R5.
Esos aspectos ya son suficientes para que la prueba tenga continuidad, pero hay más. El retorno económico para la región es muy importante, y aunque no hay cálculos oficiales de cuánto publico ha estado durante estos días, quizás la referencia puedan ser aquellas ediciones del Rally Caja Cantabria en las que se hablaba de 100.000 personas, cifra que se ha superado con creces en esta edición del Rallye Festival, dejando una importante inyección económica en la región. Hoteles, casas rurales, supermercados, gasolineras, bares o restaurantes de la zona seguro que lo han notado.
Todos esos argumentos son lo suficientemente poderosos para que Marcos Diego y todo su equipo de organización continúen con la motivación necesaria para seguir adelante. Pero para ello precisan de un apoyo fundamental: los aficionados. Son los que más tienen que apoyar, ya que son la pieza clave para que la prueba sea un éxito o un fracaso. Situaciones como la vivida el pasado viernes no pueden volver a repetirse. Tan solo se les pide que respeten las zonas prohibidas y que colaboren en un evento que, para ellos, es gratis.
Ojalá se pueda seguir diciendo durante muchos años aquello de 'en mayo, todos a Hoznayo'.
El Rallye Festival Hoznayo se despidió con cinco tramos –dos de ellos se realizaban dos veces– en una jornada de cielos nubosos y marcada en algún punto de las especiales de la mañana por la niebla. El último tramo del Rallye, Peña Cabarga, era el que antecedía a uno de los grandes momentos de todos estos días, cuando tras terminar, todos los coches se dirigen hacia Hoznayo en medio de un pasillo humano formado por miles de aficionados.
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