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Si alguno se quería ir de vacaciones, tendrá que esperar. Semana y media, como mínimo. La ilusión estaba tocada, pero no muerta. Se levantó, recibió ... un sopapo nada más salir y fue capaz de ponerse en vertical de nuevo. El Racing capaz de todo, el que sí puede aspirar a ascender a Primera División, regresó justo a tiempo. No sólo para ganar al Granada, sino para remontar un encuentro que se le puso en contra antes de cumplirse el primer minuto de partido. Quinto puesto en la tabla; el Mirandés será el primer rival. A por ellos.
El José Alberto en apariencia exultante –seguramente la procesión iba por dentro– cuando bajó del autobús ya tenía la decisión tomada. Los once elegidos. El asturiano se mantuvo firme en la línea defensiva, pese al bajo rendimento último de la pareja de centrales. Mantilla y Javi Castro son sus hombres y estaba dispuesto a morir con ellos. En la sala de máquinas, la decisión fue la de mantener también la dupla de Elda, con Aldasoro y un Meseguer al alza. Así que las dos novedades, y bastante relevantes, fueron las de devolver la titularidad a Íñigo Vicente y Arana. A ver qué tal les había sentado la suplencia.
«Hoy no puedes perder...», dice uno de los sones de la afición racinguista. Justo lo que cantó antes del pitido inicial del encuentro. Pues sí, el empate era suficiente. Pero menos de un minuto tardó en marcar el Granada. En medio del flan defensivo, Aldasoro realizó un despeje horrible que entregó a Gonzalo Villar. El equipo nazarí movió el balón y el centro desde la derecha lo enchufó Rebbach a la portería. Si el equipo verdiblanco estaba capacitado para entrar en el play off, estaba poniendo bastante dificil creérselo.
A los de José Alberto no les quedó más remedio que ponerse a manejar el juego para intentar arreglar el estropicio y el Granada comenzó a perder tiempo sin más dilación. Aldasoro andaba con los nervios desatados. Casi no queria ver el balón, pero al vasco le dio para recoger un balón perdido y cedérselo a Andrés Martín. El sevillano ya se encargaría de ponerle un fantástico pase al también genial desmarque de Arana. El '9', letal, batió por bajo a Luca Zidane para poner de nuevo las cosas en su sitio. Porque, además, el Almería ya iba ganando.
Racing
Ezkieta, Michelin, Mantilla, Javi Castro, Meseguer, Aldasoro (Maguette Gueye, min. 46), Andrés Martín (Manu Hernando, min. 92), Rober González (Marco Sangalli, min. 65), Íñigo Vicente y Arana (Karrikaburu, min. 65).
2
-
1
Granada
Luca Zidane, Williams (Stoichkov, min. 83), Neva, Lama (Insua, min. 22), Ricard, Hongla, Villar, Tsitaishvili (Brau, min. 73), Manu Trigueros (Sergio Ruiz, min. 46), Rebbach (Weissman, min. 73) y Boyé.
Equipo arbitral Arcediano Monescillo, del Comité de Castilla-La Mancha, asistido en las bandas por Valverde Monsalve (Canario) y Sanz Torcal Samuel (Aragonés). Cuarto:Cueto amigo (Castilla y León);VAR:Caparrós Hernández (Valenciano) y AVAR:Palencia Caballero (Vasco).
Goles 0-1, min. 1: Rebbach. 1-1, min. 10:Arana. 2-1, min. 96: Marco Sangalli.
Amonestaciones Amarilla a los locales Íñigo Vicente, Marco Sangalli, Lago Junior y Aldasoro y a los visitantes Tsitaishvili, Brau y Rebbach. Roja directa a Carlos Neva.
Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde fresca pero apacible. 22.298 espectadores.
El guion le vino hasta bien a los cántabros, que vieron cómo lo que no les mataba les hacía más fuertes. La capacidad de reponerse del golpe les alimentó para crecer al cobijo de una grada encorajinada. Y al Granada se le cayó la careta, porque, aunque vendiesen durante la semana que era el nuevo Pacheta Saint Germain –era el trabajo que debía hacer el míster nazarí– y que se encontrasen con un gol casi nada más bajarse del autobús, lo cierto es que tenían tanto miedo o más que los verdiblancos. Bueno, después del empate, bastante más.
En esa congoja andaluza, Arana tuvo el segundo en sus botas. Un rechace valiente de Mario García le cayó llovido al canario, pero como en las islas no llueve mucho, no acertó a rematarlo y perdió una ocasión magnífica. No la desperdició después Andrés Martín, tras un fantástico pase de Íñigo Vicente. La cruzó para hacer el 2-1, que iba a ser anulado por fuera de juego previo del futbolista vasco. Pero bueno, el camino era ese. Después iban a invalidar justamente otro de Íñigo Vicente, en el que el de Derio también se encontraba en posición adelantada.
El encuentro bajó de revoluciones, ayudado por una parada para la hidratación a 19 grados de temperatura. Esto permitió respirar a un Granada acuciado por un Racing pletórico al que le estaba faltando algo más de precisión en ataque. No para marcar, sino para no caer en fuera de juego.
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No era la tarde de Aldasoro, que se iba a lesionar en una falta cometida por él mismo. Aunque ya estaban Vencedor y Maguette Gueye calentando, el guipuzcoano aguantó hasta el descanso, pese a que restaban todavía ocho minutos de añadido.
¡Oh, lá, lá! Cómo la pegó Clément Michelin desde cuarenta metros, de falta, y como la sacó junto a la escuadra un Luca Zidane volador. El empate sabía bien, pero el Racing ya estaba mereciendo irse al descanso por delante en el marcador.
Sin embargo, el exmeta racinguista no iba a estar tan acertado en la siguiente acción. El equipo cántabro salió a la contra sólo con Íñigo Vicente y Andrés Martín. El vasco le puso el balón en largo al sevillano. Luca Zidane, siempre adelantado, llegaba para cortar la acción, pero no se atrevió. El karma. Lo que le debía al club después de bajarse del barco. Con el goleador racinguista enfilando la portería, al lateral izquierdo nazarí no le quedó más remedio que echar abajo al atacante. No había metido la mano en el bolsillo el árbitro y Andrés celebraba con rabia lo que iba a venir. Expulsión. Qué de cara se le ponía a los de José Alberto para la segunda parte. Ahora hacía falta amarrarlo. La falta, lanzada por el propio extremo verdiblanco, la agarró el portero.
Fue Maguette Gueye el elegido para sustituir al lesionado Aldasoro al inicio de la segunda parte. Había que gestionar la superioridad en busca del gol que asegurase el play off definitivamente. Y, también, aguantar el arreón inicial del Granada, que iba a gastar las balas que le quedaban en busca de la heroica.
No tardó el Racing en comenzar a percutir, aunque la línea del fuera de juego seguía siendo el principal hándicap del ataque verdiblanco. Ocho posiciones antirreglamentarias llevaban ya los de José Alberto y el Granada se negaba a bajar los brazos. Un duro disparo de Ricard le costó agarrarlo a Ezkieta.
Arana cayó tendido sobre el terreno de juego. Diagnóstico: agotamiento. Era hora de meter a Karrikaburu, que iba a entrar, además, con Marco Sangalli al terreno de juego. Con el canario se marcharía Rober González, en su mejor partido, con diferencia, como racinguista.
Sangalli, en su primer balón sobre el terreno de juego, ganó el espacio por la izquierda, llegó a línea de fondo, recortó y Hongla le golpeó en la espinilla. El colegiado señaló el punto de penalti, pero el VAR le corrigió después. Quizá la caída fue exagerada, a saber. Nada, que no llegaba el 2-1.
Y eso que la tuvo Andrés Martín, pero Luca Zidane sacó una mano firme en el frente a frente para evitar el tanto del goleador verdiblanco. Lo intentó justo después Karrikaburu con un disparo duro con la izquierda que se marchó por encima del travesaño. Entonces, José Alberto hizo un cambio inesperado: entró un Lago Junior que llevaba sin jugar desde el 22 de febrero para sustituir a Íñigo Vicente. Otra cosa no, pero experiencia tiene el costamarfileño. Justo en el momento en el que el Granada se la jugaba con un 3-3-3.
Como el tanto de la victoria se resistía, había que demostrar que se había aprendido la lección de Elda. De momento, el míster sí. Retiró a Andrés Martín. Si en el Nuevo Pepico Amat sacó a Ekain, esta vez puso en liza a Manu Hernando y una defensa de cinco, pese a que Mantilla andaba ya con los gemelos de corbata.
A los siete minutos de añadido, el colegiado le sumó otros dos. Estaba a gusto el árbitro. Ycuando el Racing ya se había metido en modo defender la renta, iba a llegar, por fin, el tanto del triunfo. Con asistencia de Luca Zidane. El portero la pegó mal, Marco Sangalli se anticipó a su par, y con la portería vacía, desde casi el centro del campo, la embocó en la meta nazarí. En lo deportivo, el gol sólo cambiaba el destino de la primera eliminatoria del play off. De Oviedo a Miranda de Ebro. Pero la celebración iba a sonar a gloria. A éxtasis. A liberación. El meta francés iba a evitar el tercero, en una contra culminada por Lago Junior. Pero ya daba igual. La ilusión sigue viva e hizo retumbar, como nunca, los Campos de Sport.
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