La Zona de Bajas Emisiones de Santander solo afectará a coches de más de 20 años en una pequeña área del centro de la ciudad
El proyecto, que incluye la calle Ataúlfo Argenta y las que van desde la plaza de Pombo hasta Puertochico, no influye en los vehículos de los residentes
La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Santander solo afectará a coches de más de veinte años en una pequeña área del centro de la ... ciudad: «La calle Ataúlfo Argenta y las que van desde la plaza de Pombo hasta Puertochico». Es decir, la zona estará delimitada por la calle Lealtad, Paseo de Pereda, Casimiro Sainz, Santa Lucía y Guevara. Este es el proyecto del equipo de gobierno del PP para así cumplir con la a Ley 7/2021 de Cambio Climático y que presentó este lunes la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, que explicó que no podrán entrar coches clase A. Es decir, vehículos de más de 20 años de gasoil y de más de 25 en el caso de los de gasolina y que no sean residentes en la zona delimitada.
Este plan es el resultado de los cincuenta sensores que se desplegaron por la capital cántabra para recopilar datos de tráfico y contaminación. En total, se pusieron en marcha diez estaciones para medir la calidad del aire y cuarenta sensores de ruido (sonómetros). Para controlar que todo funcione correctamente una vez se implemente la norma –previsiblemente a finales de diciembre– se instalarán once cámaras de entrada en la docena de calles afectadas y otras tantas de salida, por lo que, si hay algún vehículo que no cumple con la nueva medida, será fotografiado y sancionado con una multa de 200 euros que se reducirá a la mitad por pronto pago –100 euros–.
Igual aclaró que el proyecto de la ZBE, cuya implantación será progresiva, afectará a vehículos con etiqueta A (anteriores a 2006 en el caso de vehículos de gasoil y anteriores a 2001 si se trata de gasolina) en un perímetro de 2,5 kilómetros y 200.000 metros cuadrados, –lo que supone el 0,6% de la superficie total de Santander– en la zona del Ensanche, donde residen 5.900 personas. Así, como ya avanzó El Diario Montañés, las medidas se aplicarán de lunes a viernes y de 8.00 a 19.00 horas, «con el fin de perjudicar lo menos posible a los comercios y hosteleros», añadió la regidora. Inicialmente la norma no tendrá afección para vehículos con etiqueta 0, ECO, C y B y habrá «excepciones hasta 2030 para casos específicos».
En cifras
22 cámaras
controlarán que los vehículos cumplan con la nueva normativa
30 minutos
hay de margen para entrar y salir en caso de no poder aparcar en un parking
2,5 kilómetros
es el perímetro afectado de la ciudad por la Zona de Bajas Emisiones
La alcaldesa, que repitió en varias ocasiones que no será una medida «drástica ni va a complicar la vida a los santanderinos», insistió en que esta norma no afectará a residentes; trabajadores del área de influencia; propietarios de garajes (que dispondrán de dos permisos); vehículos de personas con discapacidad; motos; vehículos de servicios o empresas; taxis; y a los coches que hagan uso de los dos parkings públicos ubicados en la zona. Para este último caso, los conductores tendrán un tiempo de unos 30 minutos para entrar y salir en caso de no encontrar plaza de aparcamiento.
Igual avanzó que su idea es que la norma pueda estar en marcha durante los últimos días de diciembre, apurando así el plazo que otorga el Gobierno de España –antes de 2026–. El plan ya está colgado en la página web municipal durante un periodo de 30 días de información pública y posteriormente deberá ser aprobado por la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander. Después se incorporará a la ordenanza reguladora de la ZBE –que se encuentra en plena tramitación–, se presentará a los grupos políticos de la oposición, que tendrán un periodo de alegaciones antes de que el proyecto se debata en Comisión y se lleve al Pleno para su aprobación inicial (previsiblemente en el mes de julio). La tramitación continuará con la publicación en el Boletín Oficial de Cantabria, después habrá un periodo de alegaciones y finalmente se elevará al Pleno para su aprobación definitiva. Completado este proceso, su implantación será lo más cercana a la fecha límite, «en los últimos días de diciembre».
Calmado del tráfico en cuatro puntos más contaminados
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, repitió en varias ocasiones que la capital cántabra «no es una ciudad contaminada», por lo que los vecinos «pueden estar tranquilos». Sin embargo, los cincuenta sensores desplegados por la ciudad para analizar la situación del tráfico y la contaminación determinaron otras conclusiones más allá de la delimitación del tráfico que afectará al Ensanche.
Y es que hay otras zonas de Santander que necesitan «especial atención» en cuanto a la contaminación. Es el caso de las calles Castilla, Marqués de la Hermida y Alta, así como el entorno del Hospital Marqués de Valdecilla. La conclusión a la que llegaron tras el estudio realizado es que es necesario poner en marcha otras actuaciones como la reducción de la velocidad, la sensibilización, la regulación a través de la red semafórica o el control digital del tráfico. Así lo explicó la regidora tras matizar que esta situación se debe a que, en horas punta y «momentos excepcionales», hay mucho tráfico de vehículos que, por momentos, «hace que haya una mayor contaminación». Aunque quiso dejar claro que esto no significa que la ciudad, en general, tenga un problema en este aspecto.
Igual también explicó que para hacer llegar a la ciudadanía estas nuevas medidas que se implantarán en diciembre, se realizarán campañas de sensibilización en los centros cívicos, que son los puntos más cercanos a los vecinos, para tratar de «explicar y comunicar» la nueva norma que regirá en la ciudad
Un largo proceso
La ZBE en la capital cántabra ha pasado por diferentes fases desde que se conoció que su implantación era obligatoria a partir del 1 de enero de 2023 – al igual que en el resto de ciudades españolas con más de 50.000 habitantes– en base a la Ley 7/2021 de Cambio Climático. El Consistorio santanderino agotó el plazo legal y tiene hasta finales de 2025 para ponerla en marcha. Su incumplimiento lleva supeditado además la pérdida de las ayudas al transporte urbano y los fondos europeos obtenidos para actuaciones de Movilidad Sostenible. Por eso, el equipo de gobierno del PP ya ha dejado claro que esta vez sí cumplirá. Pero su postura no siempre ha estado tan clara De hecho, la propia alcaldesa llegó a decir que la norma no se implantaría si «no era necesario». Este lunes, acompañada por el concejal de Movilidad Sostenible, Agustín Navarro, puso su compromiso sobre la mesa presentando la delimitación del área afectada.
Y aprovechó para recordar otras medidas que contempla la ley y que ya han sido ejecutadas: itinerarios de movilidad vertical; zonas de calmado de tráfico; zonas 30; peatonalizaciones; red de carriles bici e incentivos a la movilidad ciclista; renovación de la flota del Transporte Urbano de Santander (TUS); ayudas al taxi; y también actuaciones en la red semafórica.
Justo hace dos semanas, el Ayuntamiento puso a disposición de los ciudadanos en el portal del Consistorio el proyecto de la ordenanza que va a regular la ZBE. Navarro explicó que esta consulta era el «punto de partida» de la norma y ya avanzó que, paralelamente, el equipo de gobierno daría a conocer el proyecto elaborado –el que se presentó hoy– y las áreas de actuación, que también se someterán a un periodo de información pública. Una situación que despertó las críticas de Vox, que pidió al concejal del área que se suspendiera el plazo de consulta hasta que se aportaran las zonas afectadas ya que los vecinos no disponían de toda la información. Hoy, la portavoz del grupo, Laura Velasco, cargó de nuevo contra la norma ya que, a su juicio, su implantación «será la ruina» de los vecinos de Santander y «generará ciudadanos de primera y segunda clase».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.