El PSOE de Santoña pide reconocer a título póstumo a Raquel, la entrañable conserje del colegio Juan de la Cosa

«Las personas más humildes, sencillas y bondadosas son precisamente de las que más aprendemos y las más merecedoras de nuestro reconocimiento y recuerdo». Bajo esta premisa, el PSOE de Santoña ha presentado al Pleno una moción para que se reconozca a título póstumo la labor desempeñada por la que fuera conserje del colegio público Juan de la Cosa, Raquel Silva Gómez, quien falleció el pasado 21 de mayo a los 92 años.

La formación propone a la Corporación alcanzar un acuerdo para la colocación de una placa o cualquier otro elemento o motivo en un lugar visible y destacado del colegio, en coordinación con la dirección del centro, como «signo de gratitud, agradecimiento, recuerdo y memoria a una vida dedicada a este centro educativo».

Raquelín, como cariñosamente se le llamaba en Santoña, fue una persona muy querida y apreciada en el municipio. En la moción, el PSOE esboza la biografía de esta mujer, que nació el 27 de septiembre del año 1932. Antes de convertirse en conserje del colegio, trabajó en una fábrica conservera, hasta que su marido, Baldomero Unzueta Jara, quien ejercía las funciones de conserje en el área de niños del colegio Juan de la Cosa enfermó y un tiempo después murió.

A partir de entonces, fue Raquel - que vivía con su marido en un lugar habilitado al efecto en el propio colegio- quien pasó a desempeñar las tareas de conserje, granjeándose desde el principio el aprecio de los miles de alumnos que han cursado sus estudios de Educación Primaria en el colegio Juan de la cosa. «Siempre mantuvo una relación cercana, amable y afectuosa con el alumnado, fruto del cariño que ésta procesaba por 'sus niños y niñas', llegándose a convertir, en algunos aspectos, en una segunda madre para ellos».

El PSOE realza en el escrito de la propuesta que «su eterna sonrisa difícilmente desaparecía de su rostro, por muy cansada que estuviera. Para ella su prioridad eran los pequeños del colegio y también sus familias, con quienes mantuvo una relación cordial y cercana, ganándose el respeto y cariño de toda la comunidad educativa·

Tras dieciocho años de trabajo en el colegio, Raquel se jubiló en 1997, pasando su hija Trini a sustituirla en las funciones de conserje y «conservando los mismos valores en su trabajo y proyectando el mismo afecto y respeto que su madre, lo que demuestra que tuvo gran maestra».

Tras el fallecimiento de Raquel, las muestras de cariño, apoyo y empatía por parte de los vecinos de Santoña han sido numerosas, lo que evidencia que «su recuerdo queda imborrable en la memoria de muchísimos santoñeses, especialmente de aquellos que fueron sus 'niños del cole'».

El PSOE apunta aunque siempre se dice que «los reconocimientos deben realizarse en vida, no es menos cierto que los mismos nunca llegan tarde, aun cuando sean a título póstumo, si han sido bien merecidos, y este es precisamente el caso».

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