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Una mujer cruza en bicicleta por la Avenida de la Constitución (S-20), una de las vías de acceso a Santander. Roberto Ruiz
Santander, ¿una ciudad de quince minutos?

Santander, ¿una ciudad de quince minutos?

La idea implica que los vecinos tengan acceso desde casa a los servicios básicos en un cuarto de hora andando o en bici

Candela Gordovil

Santander

Domingo, 18 de mayo 2025, 07:41

Fue en 2016 cuando el urbanista Carlos Moreno planteó el concepto 'ciudad de quince minutos'. Lo hizo como asesor de Anne Hidalgo, alcaldesa de París, una ciudad en la que su impronta queda reflejada a través de la gradual pero imparable salida de los coches del centro. Su planteamiento del cuarto de hora propone organizar los espacios urbanos de manera que todos los vecinos, de cualquier punto de un municipio, tengan a una distancia de no más de quince minutos andando o en bicicleta todos los servicios que puedan necesitar en su día a día: centro de salud, colegio, farmacia, comercios, zonas verdes... La idea es dar prioridad a los peatones, bicicletas y transporte colectivo frente al vehículo privado. ¿Santander cumple con esta idea?

Para el Ayuntamiento de la capital cántabra la ciudad lo cumple «al 100% en bicicleta y al 80% en el caso de los desplazamientos a pie». Una afirmación respaldada por un estudio elaborado por la consultora Deyde DataCentric y que no comparte Antonio Bezanilla, arquitecto y anterior director general de Urbanismo del Ayuntamiento. También formó parte del equipo redactor del modelo de ciudad, que abordaba esta idea y que iba a servir de guía para la elaboración del futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). «Eso es una estadística de distancia. No se trata de hacer un cálculo solo porque Santander sea una ciudad intermedia, el concepto es otro. Si aplicáramos esa misma idea al resto de sitios, París nunca podría ser una ciudad de quince minutos», explica.

Desde el equipo de gobierno de PP, que está elaborando los pliegos de ese Plan General –el actual data de 1997–, entienden que este plan busca el «regreso a un modo de vida local en grandes urbes o áreas funcionales urbanas con barrios dormitorio, caso que no es el de Santander». A su juicio, la capital de Cantabria «es una ciudad de tamaño medio donde es posible disponer de la mayoría de las necesidades a distancias caminables o en bicicleta que son menores a quince minutos, no solo en pleno centro urbano, sino también en los barrios de las afueras». Precisamente ese es uno de los motivos por los que se reconoce la «calidad de vida» del municipio, que fue distinguido entre las ciudades pequeñas como «la segunda mejor del mundo para vivir, entre otras ventajas –explican–, porque ofrece un entorno cercano y disfrutable».

El mapa adjunto a esta información, basado en el informe de Deyde DataCentric y al que alude el Consistorio, diferencia entre los puntos del municipio en los que se cumple la norma andando (verde claro), en bici (verde oscuro) o directamente no se cumple (en rosa). Así, muestra un centro de la capital con todos los servicios básicos a quince minutos andando y una periferia (como Monte o San Román) en la que se cumple la norma, pero en bicicleta. Según este informe, no hay zonas rosas en el municipio, por lo que se cumple en toda la ciudad.

*En el siguiente mapa, puede comprobar las ciudades de España que cumplen con el concepto quince minutos (Deyde DataCentric y Ayuntamiento de Santander):

Políticas quince minutos

No es la primera vez que el Ayuntamiento deja clara su política de movilidad y la intención de que el vehículo privado pase a un segundo plano. A pesar de las críticas que ello ha suscitado, entre otros asuntos, por la eliminación de plazas de aparcamiento al peatonalizar calles. Y se mantienen en la idea de fomentar una ciudad cada vez más «amable, accesible, cómoda, segura y saludable», apuntan fuentes municipales. «Más allá de la movilidad, por la que hemos apostado firmemente, creemos que Santander se consolida como una ciudad bien equipada y dotada para el día a día de los vecinos, en todos los barrios. Y para ello, seguimos sumando nuevos centros cívicos, donde los santanderinos disponen de numerosos servicios; nuevos centros culturales, parques, zonas verdes, áreas infantiles; áreas caninas, espacios para el deporte o el esparcimiento…», concluyen las mismas fuentes.

Bezanilla se muestra más escéptico respecto a la postura del equipo de gobierno. «El concepto de los quince minutos parte de una ciudad como París, que no podría cumplir con esa idea si solo se considera que hay un punto central. No tiene sentido esa aplicación», matiza. Y hace referencia al modelo que recogía este concepto. «Lo que se pretende es que toda la ciudad pueda estructurarse a partir de un modelo de proximidad basado en ese concepto en el que los vecinos tengan a quince minutos todos los servicios que su vida diaria requiere. El ideal sería que también su lugar de trabajo».

Y matiza: «Por supuesto que los grandes equipamientos como el Hospital de Valdecilla, los Campos de Sport de El Sardinero o el parque de Las Llamas no estarán a esa distancia de todos los barrios, pero la clave es que la ciudad sea policéntrica y que cada una de las 32 cédulas (barrios) –así se estableció en el modelo de ciudad– en que se analizó esa posibilidad puedan contar con ese carácter de proximidad, que será, en muchos casos, inferior en distancia a esos quince minutos».

Ciudad policéntrica

El exdirector general de Urbanismo del Ayuntamiento cree que no solo el centro debe cumplir con esta idea. «Está claro que el centro es el espacio más dotado siempre. La clave es que cada zona más concreta lo cumpla en su entorno inmediato». A su juicio, ni Cazoña ni Peñacastillo «van a estar nunca a un cuarto de hora andando del Ayuntamiento». Es decir, esa máxima de la proximidad la tienen que hacer cumplir en su entorno. «Una ciudad intermedia como Santander, entera, nunca cumplirá esa condición, como no la cumple París para su totalidad. Se trata de que haya muchos barrios de quince minutos conformando una ciudad policéntrica y completa», insiste.

La regla 3-30-300, otra fórmula urbanística

El decano del Colegio de Arquitectos, Román San Emeterio, alude a otro concepto urbanístico: la regla 3-30-300. «La ciudad quince minutos es interesante pero no podemos ser literales con ningún concepto, porque no hay tres ciudades iguales», explica. Y apunta hacia esta norma, que pone el foco en las zonas verdes. La regla dice que cada persona debería poder ver al menos tres árboles desde su casa, oficina o colegio; cada zona urbana debería tener al menos un 30% de cobertura vegetal (especialmente árboles); y cada vecino debería residir a menos de 300 metros de un espacio verde público, como un parque.

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