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«Lo que más, agua: es el día que más botellas hemos vendido»
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Aixiong Ye, de Alimentación de China, reponía este martes estanterías. «No se llevaban nada que hubiera que cocinar»Secciones
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Aixiong Ye, de Alimentación de China, reponía este martes estanterías. «No se llevaban nada que hubiera que cocinar»Cuando Aixiong Ye vio entrar al periodista y al fotógrafo de El Diario Montañés a su tienda –una de alimentación y frutería en la calle Guevara, de Santander–, lo primero que hizo fue formular una pregunta. «¿Se irá la luz otra vez?». El hombre andaba inquieto después de lo vivido durante el arranque de la semana. Un lunes extraño. No es que vendiera mucho más que otros días, pero sí grandes cantidades de productos muy concretos. Y, sobre todo, uno. Agua. «Es el día que más botellas hemos vendido», contaba mientras descargaba de la furgoneta y llevaba con el carretillo garrafas para reponer.
Eso, reponer, es lo que hacían justo en ese momento dos repartidores. Uno de Donuts (y de la gama de productos de la marca) y otro de Bimbo. «Como este mostrador se repone un par de veces por semana –son productos perecederos, no hay almacén– todo se agotó rápido», comentaba el propietario del establecimiento. De hecho, charlaba con el repartidor porque le faltaban algunas cosas. «Claro, es que el pedido se ha hecho hace dos días, antes de saber que íbamos a tener un apagón y que iba a pasar todo esto».
–Bueno, entonces, ¿qué es lo que más se llevaron?
–Agua, mucho. Atún, mucho. Y otras cosas de latas o tipo galletas. De abrir y comer directamente. Nada que hubiera que cocinar. Pedían también pan, pero es que ya no había.
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Eso respondía la persona que ayuda a Aixiong en el establecimiento, que, mientras él traía mercancía a media mañana para ponerse al día, contaba cómo la gente buscaba ayer con insistencia ese tipo de productos y cómo se apañaron para atender con poca luz. De hecho, aunque ellos están centrados en alimentación –tienen un poco de todo–, también ofrecen algunos otros productos, tipo bazar. «Sí que vendimos algunas velas. Una caja que sacamos, pero tampoco mucho. No fue tan llamativo».
¿Les afectó el apagón al género? ¿Perdieron algo? Por suerte, no. Como comentaban en la mayoría de los establecimientos, no dio tiempo. «Pero si esto hubiera durado tres días sí que hubiera perdido mucho género». Una preocupación.
Y no fue eso en lo único que tuvieron suerte. Su establecimiento tiene una amplia cristalera que deja entrar la luz de la calle y permite tener todo controlado. Para acceder al Bazar Yi Dan Li, a pocos metros, hay que bajar un puñado de escaleras. Unas pocas, pero suficientes para formar un pasillo. Así que el establecimiento (grande, además) quedaba prácticamente a oscuras y el propietario tenía que atender de uno a uno a los clientes en la caja sin poder acceder al resto del local. «Eso influyó en que no se vendiera mucho», explicaba el responsable del negocio.
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