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Es la segunda vez que Educación y la Junta de Personal Docente se reúnen en menos de una semana. Cuando parece que las negociaciones avanzan, surge un nuevo giro de los acontecimientos en la adecuación salarial para el profesorado de Cantabria. En esta ocasión, la mesa ha concluido sin acuerdo, «con el consejero levantándose y yéndose de la negociación» -han criticado los sindicatos- y con la huelga para los días 28 y 29 de mayo a la vuelta de la esquina.
La reunión ha comenzado con una propuesta del Gobierno que alcanzaba los 150,23 euros en 2028, 250 horas de formación para los sexenios y la petición de la desconvocatoria de huelga sobre la mesa. Sin embargo, los sindicatos han solicitado más. Reclaman un aumento salarial que alcance los 240 euros más al mes, además de que la formación suponga menos horas y que no esté «dictada por la Dirección General».
Tras dos horas y un receso, el consejero ha abandonado la mesa de negociación, tal y como han señalado los sindicatos, «sin nada más que añadir». Sergio Silva ha asegurado, «con humildad, pero con rotundidad», que la oferta de Educación «supone un esfuerzo mayúsculo». De hecho, ha recordado «la evolución del Gobierno de Cantabria en la negociación», que comenzó con 90,23 euros y que ha ido aumentando hasta la última propuesta que supone «más de un 50% de subida en una semana». Silva ha recalcado que «no podemos exprimir más los presupuestos, la última propuesta de la Junta, exprimiría a los cántabros».
Los sindicatos han aumentado en 90 euros la cuantía del Gobierno, pero han impuesto un requisito que consideran esencial: «Tenemos la línea roja imprescindible de que la formación que se les exige a los docentes no sea obligatoria ni dirigida». Y es que, el documento de Consejería establecía que los sexenios sumarían 250 horas de formación, de las cuales 200 formarían parte del Plan de Formación Permanente del Profesorado de Cantabria y hasta 100 de ellas podrían ser de obligado curso si lo establece la Dirección General. Los acontecimientos no han sucedido tal y como los representantes del profesorado preveían. La presidenta de la Junta de Personal Docente, Rus Trueba, ha explicado que «esperábamos que el consejero se sentara a la mesa de negociación tal y como advirtió y dijo públicamente, a los medios de comunicación y a la sociedad», con ánimo negociador.
De hecho, Trueba ha sentenciado que «si es un partido de tenis, entendemos que la pelota ahora mismo está en el en el campo de del Gobierno de Cantabria y que son ellos lo que tienen que responder». Mientras que la Consejería considera que «hay otras cuestiones en materia de educación sobre las que debatir», más allá de la subida salarial. Han explicado que «siempre estamos abiertos a que haya reuniones, pero lo que sí quiero enfatizar es que esta es la última propuesta». A pesar de ello, «tenemos tiempo» para alcanzar un acuerdo y desconvocar la huelga y puso el ejemplo de País Vasco. Para que ocurra, una de las dos partes debe dar el siguiente paso y solicitar una nueva mesa de negociación.
El consejero ha hecho hincapié de nuevo en lo que supone un aumento en un colectivo amplio en Cantabria como son los docentes. La última propuesta, los 150,23 euros más al mes, tiene un impacto presupuestario de «casi 30 millones de euros» -basado en estimaciones sobre la población docente que ronda los 9.000 en la Comunidad-. De hecho, ha recordado que, si a la subida se suman los sexenios, «tenemos una cifra en toda la carrera profesional de 337,96 euros de mejora». Para Silva, desde el punto de vista económico, «incluso mejor que la que hubo en el 2008 que los sindicatos firmaron».
La Junta no está de acuerdo con la valoración de Silva. A su juicio, la subida completa (con sexenios) llegaría a una parte minoritaria de los docentes de Cantabria. Dicen que durante el siguiente curso, tan solo 155 profesores se podrían beneficiar de los sexenios –por los años de antigüedad–, pero que estarían supeditados a la formación. Para consolidar el aumento, tendrían que realizar un total de 750 horas de formación (150 más). Y los sindicatos han denunciado que «no se ha movido ni si quiera en plantear alternativas más allá de lo económico». En esta línea, presentaron la posibilidad de modificar el orden de los sexenios. Por ejemplo, mientras el último, el quinto, es el de mayor cantidad económica, se podría plantear como el primero para que un mayor número de docentes se pudiera beneficiar de la medida.
Además, el sindicato STEC en una comunicación hacia sus afiliados ha reprochado la intención de la Consejería de que sean las organizaciones sindicales las que «se comprometan a trabajar en campañas para evitar el incremento de gasto por sustituciones» o «adquirir el compromiso de no plantear ninguna reivindicación salarial durante el periodo de vigencia del acuerdo». Van más allá, citaron que el acuerdo recoge que deberían «reconocer que las retribuciones del profesorado quedan –con la propuesta– en una situación más que privilegiada», mientras que, bajo su criterio, «los privilegiados son el Gobierno que se han subido el sueldo a sí mismos año tras año».
El consejero hizo un llamamiento a la «sensatez» para evitar la huelga programada para el miércoles y jueves. Pero explicó que es «más hacia los sindicatos, que hacia los docentes». A su juicio, el profesorado «tiene en cuenta el esfuerzo mayúsculo que implica el final de curso». «Tenemos evaluaciones diagnósticas, evaluaciones del sistema cántabro en general, al unísono de otras comunidades, infinidad de actividades extraescolares», en definitiva, «somos conscientes del peso de esta época» para familias y alumnos. A pesar de que la huelga, por el momento, sigue en pie Silva se ha mostrado optimista: «Tenemos tiempo».
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