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No eran las ocho de la mañana cuando un reguero de aficionados emprendía camino desde el punto neurálgico del Rallye Festival Hoznayo, situado en las ... inmediaciones del Hotel Adelma, bien por la carretera o por los caminos adyacentes que hay entre 'praos'. La mejor forma de llegar a La Brena era esa. Andando. Porque no hay ni un kilómetro. Ahí, en un recorrido circular de 3,3 kilómetros al que los pilotos darían un par de vueltas, se celebraría el shakedown. El tramo espectáculo con el que calentar motores en este Rallye Festival Hoznayo.
Lo que calentaba, incluso a esa hora tan temprana, era un solazo de consideración. E iba a calentar a gusto. «Lo hemos traído nosotros», señalaba Santi González. Su acento le delataba. «Somos de Tenerife. Y planificamos las vacaciones para ver esto». Su pareja, Vicky Rodríguez, añadía que «es la segunda vez que venimos. Esta vez nos quedamos en un hotel en Rubayo». ¿Y por qué coger un avión desde Canarias para plantarse en Hoznayo? «Es que lo que ves aquí son los coches de nuestra infancia. Los que tenemos en las estanterías. Esto es algo único en el mundo», comentaba Santi.
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Las banderas de Canarias aparecían por doquier. «Es que allí los rallies...», apuntaba Eusebio Díaz, que venía de La Palma. Él lo tenía mejor que otros. «Mi hijo vive en Requejada, así que tengo casa». Vino el año pasado «y me gustó mucho. Así que esta vez me cogí una semana de vacaciones». Eusebio tiene un par de coches clásicos. «Pero venir de Canarias aquí con ellos... Cuesta tiempo y dinero. Si algún día puedo venir aquí a participar...».
Que llegaban las nueve y media se notaba. Y mucho. El ensordecedor ruido de los motores avisaba de que llegaba el comienzo del shakedown. En cortos intervalos de tiempo salían los coches, para al poco volver cerca del punto de salida tras una larga recta en la que abrían gas a gusto, para coger de forma espectacular una curva a derechas y subir la cuesta entre un pasillo humano y vítores. Alguno vio demasiado cerca un muro cercano a esa curva, algún otro percance en el circuito... El coche de seguridad salió varias veces, pero los problemas duraron pocos minutos. Enseguida volvían a atronar los motores.
Sombrillas, hasta carpas para proteger a varias personas... Todo era bueno para protegerse de un sol que pegaba de lo lindo. El 'camión' de los helados de turno era como un oasis en medio del desierto y de lo más demandado por la zona, a la vez que pasaba por ahí a buena velocidad una imponente colección de Audis, Porsches, Lancias, Toyotas... Ilustres caballeros de otras épocas pero que demostraban que no se habían olvidado de correr.
«Me gustan los coches, pero no entiendo. Es curiosidad, sin más», decía Luis Cavada, de Solares, y que en medio de un incipiente 'sembrao' veía los coches de cerca. Subidos a un muro y cerca de la 'furgo' de los helados estaban los santanderinos Ricardo Vallina y Pedro Olavarría. «Es que hay muy buen ambiente», destacaba Pedro. «Se junta gente de todos los sitios», añadía Ricardo. Los dos tenían un piloto favorito. «Paolo Diana», señalaban sin dudar.
Y sobre las 14.00 horas terminó este primer acto. Para la tarde, a las 20.00 horas, quedaba la ceremonia de salida, que tuvo lugar en Liérganes. Y todo antes de que hoy viernes comience de forma oficial el Rallye Festival Hoznayo. Con tramos más largos en los que cabrá... más gente. Este jueves ya había miles de personas en La Brena y la previsión, ya que se acerca el fin de semana, es que hoy haya muchas más.
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